lunes, 17 de febrero de 2014

Enfermedades Inflamatorias - ¿Adonde estamos en 2014?


En estos últimos tiempos les he comentado mi especial interés por las nuevas terapias en las enfermedades inflamatorias que se ocupan de estudiar y tratar las alteraciones de las bacterias intestinales y desde allí recuperar el diálogo bacteria-epitelio-respuesta inmunológica.

He recibido varios mensajes donde me preguntan si he abandonado todas mis recomendaciones anteriores. La respuesta es que sigo recomendando una batería de acciones que han brindado alivio a un gran número de pacientes.
Es notable la mejoría de algunos pacientes que han adoptado un camino más natural, menos farmacológico donde no solamente se alcanzan los mismos logros obtenidos con la medicación sino que pueden evitar todos los efectos secundarios a corto, mediano y a largo plazo producidos por TODOS los medicamentos usados en las enfermedades inflamatorias.
Está muy claro que la dieta tiene influencia en las reacciones inflamatorias del intestino, los pacientes muy comprometidos por crisis en Colitis ulcerosa o Crohn se mejoran significativamente cuando se los somete a dieta líquida o se interrumpe el tránsito intestinal mediante una intervención quirúrgica (colostomía de descarga), más específicamente, cuando se interrumpe el llamado "jet fecal". Esta mejoría desaparece cuando se reinicia la ingesta de cualquier comida o se recupera el tránsito intestinal.

De la misma forma se puede ver como de los pocos pacientes que responden a la medicación más fuerte (Imuran - azatioprina + biológicos -Remicade, Infliximab, etc.) - en general alrededor del 45% de los casos deben mantener la medicación por muchos años pues si se interrumpe, se vuelve a padecer los síntomas. En realidad esta medicación hace que el cuerpo no "reaccione" en esa zona delimitada por el epitelio/luz intestinal donde parece producirse este loco fenómeno de un mecanismo normal en los no inflamados que se descontrola en los inflamados.
Hasta ahora se han descripto algunas características genéticas que podrían estar determinando la aparición de las enfermedades inflamatorias, aunque parece ser que siempre es necesario el estímulo ambiental (agua, vacunas, comidas, agrotóxicos, antibióticos, etc.) como para que se manifieste la enfermedad. Es interesante ver como en los animales de experimentación que se mantienen con sus intestinos estériles hasta la madurez, cuando se les incorpora la flora normal, desarrollan una severa colitis intestinal. Parece ser que una buena salud bacteriana tiene un efecto protector sobre la mucosa intestinal.

Entonces entendemos que una dieta adecuada, sin agredir el intestino, puede permitir recuperar la salud intestinal. Algunos pacientes responden muy bien a la eliminación del gluten, sobre todo en la etapa inicial, la llamada dieta de los hidratos de carbono simplificados le ha resultado muy provechosa a muchos pacientes. Dentro del mismo esquema hay variantes de esta dieta tales como la paleolítica, o la FODMAP (Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides, and Polyols (Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos y Polioles Fermentables).

Otra estrategia muy útil es la de preparar y consumir comidas fermentadas: el repollo fermentado y las leches cultivadas (yogures y kefires) proveen ciertas bacterias y así parece posible reparar la atmósfera intestinal.

La suplementación de vitaminas y algunos minerales se utilizan en general para compensar las pérdidas, el intestino inflamado parece perder y no absorber la mayoría de las vitaminas y sobre todo el Zinc que es esencial para la salud del epitelio.

La medicación sintomática del tipo corticoide puede ser muy útil en momentos agudos, pero no se debe administrar sin un plan para retirarla en corto tiempo, los efectos del corticoide en uso prolongado son muy severos, irreparables en algunos casos.
Lo que está definitivamente desterrado del armamento medicamentoso en las enfermedades inflamatorias son los antibióticos. Estas drogas profundizan la "herida en la salud bacteriana". Cuando todas las acciones se orientan a recomponer la flora intestinal, los antibióticos producen el efecto absolutamente contrario.
Lo que está en serias dudas acerca de su efectividad son los llamados aminosalicilatos (5-ASA) Pentasa, Asacol, etc. Hay autores que las contraindican en la enfermedad de Crohn, y otros dicen que previene el cáncer de colon cuando se usan de forma prolongada. En ningún caso hay evidencia sólida ni efectos duraderos en cuanto a mantener a los pacientes libres de síntomas. En general en mi experiencia veo que algunos pacientes que sangran e ingieren alguna forma de 5-ASA, mejoran su condición cuando les interrumpo ese tipo de tratamiento.

Hay que tener presente que tanto para comenzar a tomar o dejar cualquier medicación hay que estar bajo supervisión médica. Jamás se debe interrumpir ninguna de estas medicaciones en forma brusca pues los cuadros que se pueden desencadenar pueden ser muy severos.

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