jueves, 19 de mayo de 2011

Alimentos Orgánicos

La naturaleza y el ser humano han evolucionado de manera paralela. O mejor dicho quizás los humanos se han adaptado a los alimentos que la naturaleza le provee. De cualquier forma este ajuste tomó muchos millones de años. El alimento que la tierra le brinda a la raza humana es complejísimo, una dieta balanceada provee los elementos necesarios para crecer y mantenerse saludable. El hombre primitivo se alimentaba con lo que tenía a su alcance: semillas, frutos, raíces, hongos y restos de animales (carroña) abandonados a su vez por los animales que los cazaron.

Tanto el medio ambiente (proveedor de alimentos y nutrientes) como el sujeto humano coexistieron durante millones de años aprendiendo uno del otro, adaptándose e interactuando. Miles de años más tarde el hombre descubrió la agricultura y la ganadería. Entonces dejó de depender de los hallazgos fortuitos del alimento y pudo comenzar a producirlos, primero en pequeña escala. Luego en mayor medida.
En los últimos 50 años se ha modificado profundamente el concepto de producción de alimentos. La granja polivalente con cultivos de diverso tipo, crianza de pollos, vacas, cerdos, conejos, etc. – fue sustituida por la producción actual –monovalente, industrializada, manipulada física y químicamente- un enorme cambio.
El problema de la mono-producción agrícola
Orgánico o Local,
El movimiento “orgánico” surge en los años 60 en el mundo desarrollado, fundamentalmente en EEUU, como reacción a la cultura “Mc Donald”, “fast food”, “TV dinner” y los “drive in”. Estas modalidades fueron la base de la transformación cultural en el cambio de los hábitos alimenticios de la segunda mitad del siglo XX. Merced a ello tanto los alimentos como la forma de alimentación sufrieron profundas alteraciones. Los alimentos que se consumen en la actualidad en muchos países del mundo han incorporado esas modalidades provocando una epidemia de obesidad, diabetes y un número de enfermedades poco frecuentes hasta ahora.
Como decíamos, el movimiento orgánico surge como reacción ante esta verdadera industrialización en la producción de alimentos. La producción “moderna” de los alimentos se basa en “mejorar” la tierra mediante abonos, pesticidas, herbicidas, etc. Con estas estrategias fue posible aumentar la producción de los mismos alterando los ciclos naturales, aumentando el tamaño de los frutos, haciéndolos más “bonitos” (p.ej. los tomates son casi todos iguales). El problema es que el valor alimenticio, el contenido de macro y micronutrientes es pobrísimo frente a los que se cosechan cuando la naturaleza los producía en forma natural, con todos sus elementos intactos. Por otra parte la producción industrial de alimentos no es más barata, es más cara e infinitamente menos productiva pues deja agotadas las tierras donde no se respetan los ciclos naturales y es cara además porque se usa mucho combustible fósil –la tierra se abona artificialmente con derivados del petróleo.
El movimiento orgánico rescata viejas tradiciones de formas producción menos artificial, siguiendo los ciclos normales de la naturaleza, abonando la tierra con los desechos de los animales, desarrollando la cultura del compost en vez de los abonos artificiales y consumiendo los productos de acuerdo a las estaciones. Un elemento que se agrega al “orgánico” es lo “local”. Local implica disminuir al máximo el uso de combustible evitando el transporte a grandes de los productos a grandes distancias de su lugar de cosecha.
Por ejemplo el productor de arroz no precisa abonar los terrenos de siembra con fertilizantes si introduce peces y patos en los sembradíos. Estos dos elementos se encargarán proveer el nitrógeno y los otros nutrientes que mejoraran notablemente la cosecha.
La pregunta que cabe es: la exposición a los pesticidas, fertilizantes, herbicidas nos expone a riesgos de enfermedad?
La respuesta es casi imposible de formular debido a que existe muy poca investigación en ese sentido (las productoras de alimentos no ven con buenos ojos estos intentos) y menos aún se sabe sobre los efectos que estos alimentos de supermercado, feed lot y galpones gallineros provocarán sobre los niños de hoy en día cuando alcancen la edad adulta. Los mismos habrán estado expuestos a estos compuestos por muchos más años que los que ya somos adultos en la actualidad. Sin embargo la explosión de casos de cáncer, enfermedades inflamatorias y otros problemas que algunos años atrás eran mucho menos frecuentes nos estaría indicando que algo anda mal con toda esa manipulación de los alimentos modernos.
Snacks, azúcar, altas calorías, porciones cada vez más grandes, grasas hidrogenadas
El problema de la obesidad parece estar íntimamente relacionado con la forma de producción de alimentos, el abaratamiento del azúcar (ahora se obtiene del maíz transgénico), las mayores porciones (hoy está en oferta la Coca-cola de tres litros!) y la oferta de “snacks” para comer a toda hora para saciar esa “ansiedad oral” estimulada por los medios audiovisuales.
El otro tema que probablemente provoca la mayor cantidad de enfermedades tiene que ver con las grasas saturadas, las grasas hidrogenadas, como la margarina. Esta “grasa” en algún momento, hace no mucho se nos dijo que era más saludable que la manteca, hoy se sabe con certeza que este compuesto es altamente agresivo para nuestras arterias.
Aunque la margarina parece n o tener la popularidad de antaño para su uso en nuestra dieta cotidiana, la industria alimenticia aún la utiliza intensamente para producir una inmensa cantidad de alimentos.
En conclusión la comida orgánica es nada más y nada menos que la que más se acerca a la comida que espontáneamente nos ofrece la naturaleza
- los pollos criados en libertad, picoteando todo lo que encuentran a su paso (pasto y bichos, sobre todo)
- las vacas comiendo pasto, nada de cereales
- los sembradíos abonados con las heces de los animales, que se mueven de acuerdo a la cantidad de pasto y no hacinados en corrales fijos donde se forman verdaderos lagos de materia fecal que no abonan sino contaminan la tierra.
- el respeto por los ciclos naturales, sin pretender tener frutillas todo el año, en el pasado las frutillas se cosechaban y llegaban a nuestras mesas en primavera, hoy se las puede comprar en cualquier sitio en cualquier momento del año.
Nuestro cuerpo tardó millones de años en adaptarse a los alimentos naturales = orgánicos, el esfuerzo que debe hacer hoy en día para digerir y absorber una “leche ultrapasteurizada reforzada con Calcio y Hierro” es agotador y muy probablemente imposible además del riesgo de enfermarse por esta brutal y arbitraria manipulación de un alimento natural.

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