miércoles, 21 de diciembre de 2011

¿Nos acostumbramos a tener Diarrea?

Vengo notando hace ya un tiempo que algunos pacientes con Colitis ulcerosa o Enfermedad de Crohn se “resignan a tener la enfermedad” o “se adaptan” o “se acostumbran” a la misma.
Me parece curioso esto de aceptar estas situaciones de “inferioridad” a las que los síntomas de las EII someten a los que las padecen.
 …siempre necesito un baño cerca…tuve varios “accidentes” en lugares públicos… me tengo que levantar de la mesa en medio de la comida… mojé la cama en medio de la noche, y otras mil frases similares.
Pienso que si nos adaptamos a estas situaciones, terminamos dejando que estos trastornos dominen nuestras vidas: casi no salimos, casi no socializamos con otros, tenemos una vida de pareja y sexual desastrosa. En la medida que esto sea aceptado sin tratar de modificarlo, estamos condenados a que esto se amplíe y perpetúe en el tiempo.
¿Pero qué hacer, que se puede modificar para que esto no nos domine?
Fundamentalmente entender que estos síntomas están íntimamente relacionados con nuestras emociones, que en la medida que escuchemos lo que nuestro cuerpo nos dice, podremos empezar a tener un diálogo más fructífero con él.
He visto en numerosos pacientes que cuando están en actividades que los atrae, que los atrapa, se olvidan de ir al baño. Pueden pasar un gran número de horas sin acordarse que existe su intestino.
¿Y esto como se explica? ¿Cómo es posible que a veces en una ligera discusión tengamos que salir corriendo al baño porque no llegamos?
Alguna relación entre la mente, los sentimientos, las emociones y los intestinos tiene que existir. La clave está en entender cuál es esa relación, cómo podemos “entrenarnos” para que esta sensación de urgencia de ir al baño pase, que podamos “frenar” la velocidad del tránsito intestinal y lograr decidir nosotros cuando ir al baño.
Por otra parte todas las medidas farmacológicas que nos podrían ayudar a frenar estos episodios, terminan por suprimir las reacciones que normalmente tendría nuestro intestino, con el resultado de un aumento en la inflamación y tensión abdominal. Con ello quiero  decir que la diarrea, el aumento de las deposiciones tiene un sentido, está sirviendo para “barrer” algo que le pasa al intestino, si se suprime bruscamente, si se elimina ese “lavado” del intestino, muchas personas tienen la sensación de plenitud, dolor, gases,  etc. que puede terminar en situaciones muy desagradables.
Una posible estrategia inicial bastante eficaz es la de practicar yoga. El yoga nos permite controlar la respiración, concientizar nuestro cuerpo y alcanzar ciertos equilibrios que ayudan enormemente a los que padecen EII. En vez de “distraernos” como ocurre cuando vamos al cine y la película nos atrapa, podremos mediante los ejercicios del yoga conectarnos con nuestras vísceras para establecer un buen diálogo interior.
La otra estrategia que nos ayuda a dominar estos episodios es la disminución de la inflamación mediante un tratamiento adecuado, no farmacológico, que nos permita restituir la salud de nuestros intestinos.

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