sábado, 19 de octubre de 2013

Donación de Materia Fecal


Importantisimo articulo publicado en el diario the new york times
 
JulIO 6, 2013, The New york times

Donación de Materia Fecal


Esta primavera ayudé a un amigo a salir de una enfermedad terrible, quizás de la muerte. No, no le doné un riñón ni un pulmón. Solamente le dí un poco de mi materia fecal.

Hace unos 18 meses mi amigo a quien llamaré Gene por cuestiones de privacidad, comenzó a sentir dolores abdominales y una copiosa diarrea con sangre. Le diagnosticaron colitis ulcerosa, una enfermedad del intestino grueso (colon) que presenta ulceraciones en su interior.

Su gastroenterólogo comenzó a medicarlo con corticoides y anti-inflamatorios, tratamiento habitual para este padecimiento. Comenzó a sentirse mejor y en un par de semanas pudo comenzar progresivamente a disminuir la dosis de los esteroides, que pueden ser muy peligrosos si se usan de forma prolongada. Pero un mes más tarde retornó la diarrea con sangre. Tenía terribles dolores abdominales que se acentuaban cada vez que tomaba líquido o comía alguna cosa. Le resultaba imposible dormir de noche.

Su médico le indicó nuevamente comenzar con corticoides, pero en esta ocasión la respuesta no fue tan buena. El siguiente año mi amigo no pudo hacer mucho más que quedarse en la cama padeciendo horribles dolores y visitando el baño en forma permanente. Perdió peso hasta llegar a una situación muy peligrosa, se le detectó una profunda anemia agravada por su permanente hemorragia y además estaba muy deprimido por no poder ir a su amado trabajo.

 De acuerdo a sus médicos sus únicas opciones de tratamiento eran dos: o se sometía a un tratamiento inmunosupresor similar al que se usa para los pacientes trasplantados o una 'colectomía total' (amputación quirúrgica de todo el colon). Las drogas pueden no ser efectivas y hay un cierto riesgo de provocar un raro tipo de cáncer (linfoma) o infecciones muy severas, mientras que la opción quirúrgica provoca un alivio transitorio con una muy frecuente reaparición de las úlceras en el resto del intestino que quedó luego de la operación.

En ese momento mi amigo Gene comienza a leer acerca de un procedimiento llamado trasplante de microbiota fecal o TMF.

La idea de trasplantar materia fecal de una persona a otra, directamente en su intestino, suena un tanto repulsivo, aunque también tiene sentido. La mayoría de los componentes de la materia fecal -groseramente el 60%- son bacterias, muertas o vivas, pero en gran parte vivas. Mientras las bacterias pueden enfermarnos, también constituyen en gran parte lo que somos; los trillones de células que habitan en el microbiomo de un individuo, como se denomina la comunidad bacteriana de las personas, supera en millones la cantidad de células que componen el cuerpo. Las bacterias tienen numerosas funciones vitales, incluyendo el metabolismo, la regulación hormonal y el sistema inmune.

El microbiomo del aparato digestivo es especialmente importante. Por lo menos mil cepas de bacterias coexisten en el intestino humano saludable y las bacterias beneficiosas están involucradas en la producción de vitaminas, la digestión de alimentos y en mantener controladas las "malas" bacterias. Es por ello que cambios en el microbiomo puede desencadenar enfermedades. Por ejemplo la toma de algún antibiótico puede "lastimar" tanto la flora buena como la mala, que a su vez puede permitir que alguna bacteria oportunística se haga fuerte y provoque infección. 

Mucha gente sufre hoy en día de una infección originada en una bacteria llamada Clostridium difficile. Este es un microorganismo que habita nuestro intestino pero que luego de un tratamiento antibiótico pierde a sus antagonistas y comienza a agredir severamente al intestino. Hoy en día se ha detectado una variedad de Clostridium infinitamente más agresiva que está haciendo estragos en hospitales y geriátricos. Esta variedad es muy resistente a los antibióticos y la idea de restaurar las salud bacteriana del intestino mediante trasplante de materia fecal es una estrategia que va ganando terreno en los hospitales más importantes del mundo. En enero de este año (2013) se publicó en la prestigiosa revista médica New England of Medicine, el primer estudio randomizado de trasplante de materia fecal para casos de infección por Clostridium, que tuvo que ser interrumpido porque la diferencia de respuesta entre el grupo tratado con antibióticos comparado contra el que recibe trasplante de materia fecal fue tan formidable que era criminal no ofrecerle las mismas condiciones a ambos grupos.

Las causas que originan la colitis ulcerosa son más misteriosas que las del Clostridium pero hay muchos datos que señalan que el equilibrio de bacterias en el intestino tiene una enorme influencia. Un pequeño estudio en niños fue publicado recientemente en el The Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition, encontró que el 78% de los pacientes con colitis ulcerosa tuvo reducción en su sintomatología dentro de la semana de comenzado el tratamiento con trasplante fecal.

La idea de usar heces como medicina no es nueva. En el siglo 16, durante la dinastía Ming, una mezcla de materia fecal fermentada, eufemísticamente llamada "sopa amarilla" fue usada con éxito en trastornos intestinales. En el siglo 17 un médico alemán, Christian Franz Paullini, compiló un libro de recetas con materia fecal para tratar la disentería y otras enfermedades digestivas. En los Estados Unidos el trasplante de materia fecal se usa desde hace mucho tiempo para tratar caballos enfermos. En 1958 el Dr. Ben Eiseman fue el primero en publicar sus experiencias en humanos recibiendo enemas de materia fecal, como último recurso para tratar casos desesperantes de Clostridium difficile.

Hoy, alrededor de 3000 casos han sido tratados con trasplantes fecales (TF ) en todo el mundo. No se han reportado reacciones adversas importantes atribuibles al procedimiento (aunque se han descripto dos casos que desarrollaron una infección viral por norovirus, que se curaron espontáneamente a los pocos días).

CONVENCIDO que los potenciales beneficios superaban ampliamente lo 'desagradable' y los pequeños riesgos del procedimiento, Gene se decidió a intentar hacer TP para tratar su problema. Sin embargo fue para él más difícil de realizar de lo que pensaba. Hay solo 16 centros médicos en Estados Unidos que ofrecen trasplante fecal. Gene finalmente pudo concretar un turno con el Dr. Lawrence Brandt, uno de los médicos con mayor experiencia en TF quien le comunicó en la entrevista que no podía hacerle el procedimiento pues la agencia reguladora de las actividades médicas (FDA) había prohibido la aplicación del TF para colitis ulcerosa hasta que no finalicen los estudios de efectividad que finalizan a mediados del 2014.

Gene intentó hacer que otros médicos le realicen el procedimiento, pero para su frustración nadie se ofreció para tratarlo. Finalmente encontró al Dr Shepard en Florida, quien tiene una amplia experiencia en TF en colitis ulcerosa pero resultó que Gene estaba demasiado enfermo como para viajar hasta allí.

Sin embargo el Dr. Shepard encontró una solución al problema. Lo asistió a la distancia para que Gene se realice a si mismo el procedimiento bajo su estrecha supervisión, algo que ya había hecho en un pequeño grupo de pacientes. Gene solamente tenía que hallar un donante.

La cuestión del donante no es tan sencilla. Para empezar el donante debe ser sano -se deben descartar un número de afecciones en sangre y materia fecal (tales como HIV, parásitos e infecciones crónicas), debe evitar cualquier alimento al que el paciente pueda ser alérgico, debe vivir cerca, la frescura del material es imprescindible, la preparación de la solución debe comenzar en cuanto las heces abandonan el cuerpo.

AQUI es donde entro yo en esta historia. Mis amigos me consideran un tanto purista cuando se trata de ingerir frutas y vegetales. Yo también consumo una buena cantidad de vegetales fermentados que por ese proceso contienen muchas  bacterias así como también suelo comer una gran cantidad de fibras que son las que en definitiva alimentan a las bacterias. Además de todo lo anterior hago una dieta sin gluten (Gene ha descubierto que su colitis se comporta mejor cuando evita el gluten). Finalmente, y muy importante, son muy regular en mis deposiciones. Al final era casi inevitable que Gene me pidiese que lo ayude en este "experimento".

Luego de superar la natural extrañeza del pedido, le dije que con placer contribuiría a su mejoría.

La evaluación de mi estado de salud demandó un par de visitas al laboratorio.  La manipulación de la materia fecal es engorrosa y olorosa. Consiste en preparar una solución que sea fácilmente introducible en el intestino mediante una pera o jeringa por medio de una cánula rectal. Se trata de un material muy frágil que puede deteriorarse con facilidad si no se manipula bien.

Yo despaché mi primer envío que consistió en depositar mi producto en un Tupperware bien tapado. Gene lo recibió y en la intimidad de su baño y su dormitorio procesó el material y se lo introdujo en su intestino grueso. Estas actividades las pudo efectuar sin problemas gracias al entrenamiento que recibió del Dr. Shepard. Yo me quedé en la casa para el caso que Gene me necesitase nuevamente. Luego de media hora, Gene salió de su dormitorio con una sonrisa de satisfacción, dijo que ya  empezaba a sentir mejor. ¿Tan pronto? Lo consultamos al Dr. Shepard quien nos dijo que en efecto, en muchos casos la sensación de mejoría se percibe pocos minutos después del primer implante.

Sin embargo, algunas horas más tarde, los retortijones regresaron. Parece ser que las buenas bacterias comienzan a reemplazar a las antiguas y se producen ciertas "batallas" entre las dos poblaciones de bacterias, de las que los "trasplantados" pueden relatar con precisión. Este es el primer paso en una prolongada lucha con el objetivo que la nueva población se anide con firmeza en el nuevo ambiente. Algunos propugnan hacer hasta dos implantes diarios los primeros días y continuar haciéndolo con diferentes esquemas por más de un año.

Un par de meses más tarde, cuando Gene ya se encontraba notablemente mejor, viajó hasta la clínica del Dr. Shepard quien constató por colonoscopía que el colon de Gene estaba prácticamente libre de lesiones ulcerosas.

No se puede decir que estaba definitivamente "curado" pues la inflamación y las úlceras pueden regresar, pero el estado de salud que presentaba era incomparablemente superior al que presentaba al momento de decidir entre la cirugía o las drogas.

Por supuesto que esta es la experiencia de una sola persona, no se trata de un estudio científico donde se compara el procedimiento contra otro que no tenga las mismas características. Y además no se conocen todavía los potenciales riesgosa que la técnica pueda tener, esto de mover material genético de una persona a otra puede tener implicancias en el futuro tales como la propensión a la diabetes o al cáncer. Se necesitan más estudios aunque ya hay varios en proceso cuyos resultados comenzarán a conocerse a mediados del 2014.

Gene tuvo la suerte de encontrarme (o quizás en la desesperación tomó lo primero que tuvo a mano). Algunos pacientes han recurrido a buscar donantes en Internet, lo que no es lo más recomendable para hacer. Hay muchos intentos en marcha para tratar de fabricar una materia fecal sintética, pero dado que hay tantos millones de diferentes componentes en las materia fecal, es muy difícil saber cual componente es el que debe estar y cual no. En un futuro ideal se debería contar con una forma de estudiar las necesidades de cada individuo y proporcionarle los elementos que requiera en forma totalmente personalizada, de la misma forma que se identifica la sangre de acuerdo a grupo, factor y anticuerpos.

De poder expandir esta técnica los beneficios para los pacientes pueden ser muy importantes. Solamente con tomar en cuenta a las 30000 personas que al año mata las infecciones por Clostridium diff en Estados Unidos con un costo multimillonario en drogas e internaciones ya estamos hablando de un cambio radical. Las drogas que Gene usaba y cada internación tienen un costo de decenas de miles de dólares que fácilmente pueden ser evitables con esta terapéutica y dedicar esos recursos a otras acciones de salud.

Gene recuperó peso perdido en los últimos meses y ha retornado a su trabajo. Se ha sentido tan bien últimamente que el mes pasado le organizamos una fiesta para festejar su increíble recuperación.

Muchos amigos no siguieron tan de cerca su evolución como yo lo hice, yo puedo asegurar claramente que su recuperación fue espectacular, del estado casi esquelético con los ojos hundidos cuando hizo su primer implante hasta la situación en la que hoy se encuentra parece un sueño hecho realidad. Es increíble pensar que lo que todos consideramos un material de desperdicio, del que nos queremos desprender con rapidez y establecer distancia, se transforme en algo tan valioso que tenga el poder de rescatar a una persona de una enfermedad tan devastadora. Gene cuenta con una nueva medicación, una que es inacabable y no requiere receta para la farmacia.

En lo que a mí respecta, hubiese preferido no discutir las cuestiones relativas  a mi materia fecal en un foro público. Pero ver la  recuperación de su salud me ha hecho cambiar de idea. Cada mañana (y como ya les dije, soy muy regular), me encuentro apreciando de forma totalmente diferente este mundo de bacterias que Gene y yo compartimos.

Marie Myung-Ok Lee enseña escritura en la Universidad de Columbia y se encuentra trabajando en una novela acerca de los cuidados médicos.
 
 
Puedes ver al articulo original si sigues este link:
http://opinionator.blogs.nytimes.com/2013/07/06/why-i-donated-my-stool/?_r=0
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario