En un articulo muy reciente el Wall Street Journal (http://on.wsj.com/1cD5Go5) relata que algunos hospitales en Estados Unidos están comenzando a mirar con interés el uso de probióticos como forma de prevenir las sobreinfecciones que provocan los antibióticos.
En muchos casos los pacientes que requieren antibióticos desarrollan cuadros llamados "disbiosis" que simplemente significa que han dañado el delicado equilibrio que existe entre la población bacteriana en nuestro cuerpo, sobre todo en el intestino. Como consecuencia de ello comienzan diversas enfermedades nuevas producto del uso de un elemento muy antinatural como los antibióticos. La mas frecuente es la diarrea y en muchos casos esa diarrea está producida por una bacteria que habita normalmente en nuestros intestinos: el Clostridium difficile. Días pasados hablando con la jefa de infecciones de un complejo hospitalario me relataba que cuando detectan un caso de Closridium diff, a los pocos días comienzan a observar que las habitaciones contiguas desarrollan también infecciones con esta bacteria, sobre todo los que están tomando antibióticos. Un pequeño problema se transforma en una verdadera catástrofe.
El comentario del Wall Street Journal no refleja la evidencia científica que existe hasta el momento, no se ha podido probar que los probióticos modifiquen los cuadros de diarrea originados por antibióticos. No existe ninguna evidencia que pruebe lo contrario. Y es lógico, los probióticos proveen unas pocas cepas de algunas bacterias, mientras que el antibiótico eliminó miles de cepas, es ilusorio pensar que se puede modificar una alteración tan profunda mediante unas pocas bacterias que además deben atravesar una barrera muy fuerte tal como es el estómago que está allí para evitar que ingresen bacterias al intestino delgado.
La situación de una persona que no tomó antibióticos y quiere aportar cierta cantidad de bacterias "buenas" a su intestino, una opción puede ser la de prepararse un buen yogurt en casa, con buena leche y un tiempo prolongado de fermentación (más de 15 horas de elaboración), de otra forma, todos los yogurts y leches modificadas tienen escasísimas bacterias y baja probabilidad de "ayudar" al intestino.
Hay que tener en cuenta que la "industria del probiótico" representa un negocio fabuloso para quienes lucran con ella pero que hasta el momento ofrece escasos beneficios para sus usuarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario