Muchas personas me preguntan cómo se sabe si una persona
padece una enfermedad inflamatoria o no. La respuesta con certeza es casi
imposible. Hoy podemos determinar en base a juntar una cantidad de elementos clínicos,
de laboratorio y experiencia si alguien está inflamado, arrimarse al diagnóstico
y en base a todo ello arriesgar un tratamiento.
Para empezar los síntomas iniciales tanto de la colitis
ulcerosa, o del colon irritable o de la enfermedad de Crohn son muy similares,
diarrea o constipación, dolores abdominales, algo o mucha sangre, debilidad,
etc. Los análisis de sangre tampoco son específicos, muchos de los parámetros
que se alteran también los vemos en artritis reumatoide, por lo tanto sabemos
que está inflamado, pero cuál es la enfermedad, no lo sabemos.
La colonoscopía, tendemos a pensar que una buena visualización
del colon nos va a confirmar el diagnóstico, pues no. Ni siquiera el informe
microscópico del patólogo. En general los reportes hablan de inflamación
difusa, pus (leucocitos y criptitis) y alteración de la "arquitectura
intestinal", que podría corresponder a cualquiera de las categorías
mencionadas.
Es por ello que según mi modesta opinión, no se debe
practicar una colonoscopía a una inflamación aguda pues es riesgosa y NO aporta
ningún dato que me permita ajustar o adaptar el tratamiento. A veces si
encontramos lesión en el Íleon, que es la última porción del intestino delgado,
podemos afirmar que se trata de un Crohn, aunque está descripta la colitis
ulcerosa que "va para atrás" es decir que ingresa al intestino
delgado. O sea perdidos como al principio.
En sangre determinamos, grado de anemia, velocidad de
sedimentación, cantidad de glóbulos blancos y formula, Proteína C-reactiva
cuantitativa, nivel de Albúmina, y algunos otros parámetros que nos dan datos indirectos que ayudan a entender un poco más el cuadro.
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