Hace pocos días se conoció una publicación de la prestigiosa
revista Nature (http://www.nature.com/nature/journal/vaop/ncurrent/full/nature13793.html),
donde un grupo de investigadores realizaron un curioso experimento:
suministraron edulcorantes sintéticos dentro del agua que tomaban diferentes
tipos de ratas de experimentación. Las dosis ingeridas por los roedores son
equiparables a las que habitualmente usamos para edulcorar nuestras bebidas,
alimentos e infusiones. El resultado fue que en todos los casos se detectó una
alteración en la capación del azúcar (glucosa) en sangre. Todas las ratas
desarrollaron algún grado de diabetes tipo 2, cosa que no ocurrió cuando se
utilizó agua sin agregados o con azúcar natural.
Esta situación de alteración metabólica en donde se ve
alterada la capacidad que tiene la insulina de las ratas para manejar la
glucosa en sangre (la insulina es un "puente" que transporta la
glucosa dentro de las células y los tejidos, sino actúa bien, la glucosa se acumula
en sangre) se la atribuye a que estos compuestos edulcorantes químicos alteran
las bacterias del intestino. Para comprobar esta afirmación se tomó materia
fecal de los roedores que desarrollaron la diabetes tipo 2 y se las implantó a
otros roedores que tomaban solamente agua. El resultado es que estos últimos
desarrollaron un cuadro idéntico al de los animales sometidos a la ingesta de
edulcorantes sintéticos.
Los mismos investigadores fueron más allá, a personas que
nunca ingieren ningún tipo de edulcorantes (algo difícil hoy en día como se verá
más abajo), les hicieron usar edulcorantes artificiales en todas sus ingestas,
como resultado de ello casi todos alteraron su sensibilidad a la glucosa
alternado su respuesta insulínica. Es decir que la mayoría de la gente que
"se cuida" usando edulcorantes sintéticos cree que está adoptando un
camino más saludable, parece que el resultado es todo lo contrario.
Los edulcorantes nacieron por casualidad en 1879 mientras
unos investigadores que trabajaban con derivados del petróleo (toluenos-
altamente tóxicos) descubren un compuesto muy dulce y asi nace la sacarina. A
partir de ese momento crece la lista con el ciclamato, aspartamo, sucralosa
entre muchos otros. Cada uno de ellos están presentes en innumerables
alimentos: fiambres, aderezos, comidas preparadas, goma de mascar, frutas en
conserva, golosinas, enjuague bucal, bebidas colas, yogurts, medicamentos y
vitaminas, labiales, pesticidas, herbicidas, adhesivos anaerobios, etc.
Está demostrado que el que más afecta las bacterias
intestinales es la sucralosa (Splenda) que se está usando cada vez más en
bebidas Light, Free o Zero.
Cada vez más se relaciona el bienestar de las bacterias intestinales con la conservación de la salud.
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