Muchos años atrás escuché por primera vez acerca del
"trasplante de materia fecal" para tratar casos de infección por
Clostridium difficile y su efectividad en otras enfermedades. En ese preciso momento me encontraba tratando de hallar alguna
forma de aliviar los síntomas que le provocaba la Colitis Ulcerosa a uno de mis
hijos, el tratamiento "oficial" no le hacía ningún efecto y nos
encaminábamos inexorablemente hacia la amputación de su intestino. Mediante un
cambio radical en la alimentación, adaptamos una dieta desarrollada en Estados
Unidos logrando aliviar sus síntomas momentáneamente. Luego de un tiempo la
dieta dejó de funcionar y retornaron los síntomas. El reinicio de la medicación
tradicional nos volvió a enfrentar con la posibilidad de tener que practicarle
una cirugía que en definitiva no resuelve el tema de la inflamación que no
reside en sus intestinos sino en todo su cuerpo. Allí fue donde retomé contacto
con aquella estrategia que parecía tan alejada de la forma en que practiqué la
medicina por casi 40 años.
La idea de trasplantar materia fecal de un donante sano a uno enfermo sonaba brutal. Al principio poco se hablaba de la "microbiota" y mucho menos sobre su rol en las enfermedades inflamatorias. Hoy después de casi una década contamos con la "foto" de la población bacteriana normal en un intestino no inflamado y la podemos comparar con la "foto" de las bacterias existentes en las más diversas inflamaciones: asma, colitis ulcerosa, artritis reumatoidea, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, etc. Lo increíble es que luego de practicar varias sesiones de trasplantes de bacterias desde un donante sano a uno alterado, las bacterias "buenas" permanecen por mucho tiempo en el nuevo intestino. Si nos tomamos el trabajo de efectuar una nueva "foto" de la población bacteriana luego de los implantes, veremos con sorpresa el patrón de bacterias luego de 3 meses se parece más al del donante que al que originalmente tenía el receptor.
Diagrama que muestra la composición bacteriana del donante sano y la del receptor antes y después del procedimiento-
¿Pero que pasa clínicamente con el paciente? Lo que estamos observando es todos los cuadros
inflamatorios mejoran, algunos en forma inmediata y otros más lentamente, pero
todos los que hemos tratado con esta nueva técnica, entre ellos el de mi hijo, han mejorado su
sintomatología. En la mayoría de los casos han podido dejar la medicación y no
han tenido recaídas significativas como las que se suelen ver cuando la gente
deja de tomar los medicamentos habituales.
Aparentemente la dieta puede ayudar a cambiar ligeramente la composición bacteriana, aunque parece ser más importante su rol luego del trasplante, es por ello que es aconsejable modificar ciertos hábitos alimentarios para mantener el progreso que ofrecen los implantes.
Estamos finalizando la construcción de un centro dedicado exclusivamente al implante de flora intestinal ubicado en la ciudad de Buenos Aires para contar con las instalaciones más propicias como para elaborar e implantar nueva microbiota en los diferentes cuadros que se benefician con ello.
Aparentemente la dieta puede ayudar a cambiar ligeramente la composición bacteriana, aunque parece ser más importante su rol luego del trasplante, es por ello que es aconsejable modificar ciertos hábitos alimentarios para mantener el progreso que ofrecen los implantes.
Estamos finalizando la construcción de un centro dedicado exclusivamente al implante de flora intestinal ubicado en la ciudad de Buenos Aires para contar con las instalaciones más propicias como para elaborar e implantar nueva microbiota en los diferentes cuadros que se benefician con ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario