viernes, 14 de febrero de 2014

Constipación: hace tres años que no hago caca

Hace un tiempo recibo la visita en el consultorio una mujer de unos 50 años que textualmente me dice "hace tres años  que no hago caca", sorprendido le pedí que me cuente más sobre el tema.

La cuestión era que no movía el intestino "espontáneamente", que tenía que practicarse enemas todos los días. Lo curioso fue que al relatarme su cuadro me dice que a partir de esta dificultad se volvió vegetariana estricta, que comenzó a practicar más deportes y gimnasia, que tomaba mucho líquido pero que seguía igual, que nada de esto modificaba la quietud de su intestino.
Al examinarla encontré que tenía un perfecto estado físico salvo que su intestino grueso era llamativamente palpable. Lo habitual es que el colon se perciba sutilmente más que poder delimitarlo con claridad como en este caso. El resto del examen era normal.
Entonces ¿porqué esta saludable señora, vegetariana, deportista y sin otra razón aparente tiene tal dificultad para evacuar sus intestinos?



Dentro del interrogatorio el único dato que aparece con claridad fue que un tiempo previo a la instalación de este cuadro, ella tuvo varias infecciones (ginecológicas, dentales y respiratorias) que fueron tratadas con múltiples tratamientos antibióticos. Es bastante probable que la salud de las bacterias intestinales  de la paciente estuviese muy alterada. Al día de hoy en nuestro medio es imposible hacer un mapa de las bacterias del cuerpo. Solamente en los centros altamente desarrollados se usan estas técnicas sumamente sofisticadas, esta dificultad tiende a cambiar en un futuro cercano dado que ha disminuido notablemente el costo y la dificultad para hacer una evaluación de la composición bacteriana del cuerpo, en pocos años más esto será posible de efectuar con facilidad en los laboratorios bioquímicos.
Pero el caso es que a esta paciente no la pudimos estudiar como me hubiese gustado hacer y presumimos que tenía una profunda "herida" en su salud bacteriana.
La terapéutica que se está proponiendo en algunos centros mundiales es reemplazar la flora intestinal enferma por otra "normal" proveniente de un donante, mediante un transplante de bacterias.

En este caso se efectuó con una respuesta sorprendente, al quinto implante la paciente comenzó a regularizar progresivamente su movilidad intestinal, no presentó ningún efecto indeseable y se le indicó proseguir con los implantes en forma regular, primero día por medio por 30 días, luego 1 vez por semana por 2 meses y luego 1 vez al mes por un año.
Los resultados fueron muy alentadores y la paciente no ha necesitado más enemas desde aquellos primeros implantes.

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