En estos últimos tiempos les he comentado mi especial
interés por las nuevas terapias en las enfermedades inflamatorias que se ocupan
de estudiar y tratar las alteraciones de las bacterias intestinales y desde
allí recuperar el diálogo bacteria-epitelio-respuesta inmunológica.
He recibido varios mensajes donde me preguntan si he
abandonado todas mis recomendaciones anteriores. La respuesta es que sigo recomendando una batería de acciones que han brindado alivio a un gran número de pacientes.
Es notable la mejoría de algunos pacientes que han adoptado
un camino más natural, menos farmacológico donde no solamente se alcanzan los mismos
logros obtenidos con la medicación sino que pueden evitar todos los efectos
secundarios a corto, mediano y a largo plazo producidos por TODOS los
medicamentos usados en las enfermedades inflamatorias.
Está muy claro que la dieta tiene influencia en las
reacciones inflamatorias del intestino, los pacientes muy comprometidos por
crisis en Colitis ulcerosa o Crohn se mejoran significativamente cuando se los
somete a dieta líquida o se interrumpe el tránsito intestinal mediante una
intervención quirúrgica (colostomía de descarga), más específicamente, cuando
se interrumpe el llamado "jet fecal". Esta mejoría desaparece cuando
se reinicia la ingesta de cualquier comida o se recupera el tránsito
intestinal.
De la misma forma se puede ver como de los pocos pacientes
que responden a la medicación más fuerte (Imuran - azatioprina + biológicos -Remicade,
Infliximab, etc.) - en general alrededor del 45% de los casos deben mantener la
medicación por muchos años pues si se interrumpe, se vuelve a padecer los síntomas.
En realidad esta medicación hace que el cuerpo no "reaccione" en esa
zona delimitada por el epitelio/luz intestinal donde parece producirse este
loco fenómeno de un mecanismo normal en los no inflamados que se descontrola en
los inflamados.
Hasta ahora se han descripto algunas características genéticas
que podrían estar determinando la aparición de las enfermedades inflamatorias,
aunque parece ser que siempre es necesario el estímulo ambiental (agua,
vacunas, comidas, agrotóxicos, antibióticos, etc.) como para que se manifieste
la enfermedad. Es interesante ver como en los animales de experimentación que
se mantienen con sus intestinos estériles hasta la madurez, cuando se les
incorpora la flora normal, desarrollan una severa colitis intestinal. Parece
ser que una buena salud bacteriana tiene un efecto protector sobre la mucosa
intestinal.
Entonces entendemos que una dieta adecuada, sin agredir el
intestino, puede permitir recuperar la salud intestinal. Algunos pacientes
responden muy bien a la eliminación del gluten, sobre todo en la etapa inicial,
la llamada dieta de los hidratos de carbono simplificados le ha resultado muy
provechosa a muchos pacientes. Dentro del mismo esquema hay variantes de esta
dieta tales como la paleolítica, o la FODMAP (Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides,
Monosaccharides, and Polyols (Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos y Polioles Fermentables).
Otra estrategia
muy útil es la de preparar y consumir comidas fermentadas: el repollo
fermentado y las leches cultivadas (yogures y kefires) proveen ciertas
bacterias y así parece posible reparar la atmósfera intestinal.
La suplementación
de vitaminas y algunos minerales se utilizan en general para compensar las
pérdidas, el intestino inflamado parece perder y no absorber la mayoría de las
vitaminas y sobre todo el Zinc que es esencial para la salud del epitelio.
La medicación
sintomática del tipo corticoide puede ser muy útil en momentos agudos, pero no
se debe administrar sin un plan para retirarla en corto tiempo, los efectos del
corticoide en uso prolongado son muy severos, irreparables en algunos casos.
Lo que está
definitivamente desterrado del armamento medicamentoso en las enfermedades
inflamatorias son los antibióticos. Estas drogas profundizan la "herida en
la salud bacteriana". Cuando todas las acciones se orientan a recomponer
la flora intestinal, los antibióticos producen el efecto absolutamente
contrario.Lo que está en serias dudas acerca de su efectividad son los llamados aminosalicilatos (5-ASA) Pentasa, Asacol, etc. Hay autores que las contraindican en la enfermedad de Crohn, y otros dicen que previene el cáncer de colon cuando se usan de forma prolongada. En ningún caso hay evidencia sólida ni efectos duraderos en cuanto a mantener a los pacientes libres de síntomas. En general en mi experiencia veo que algunos pacientes que sangran e ingieren alguna forma de 5-ASA, mejoran su condición cuando les interrumpo ese tipo de tratamiento.
Hay que tener
presente que tanto para comenzar a tomar o dejar cualquier medicación hay que
estar bajo supervisión médica. Jamás se debe interrumpir ninguna de estas
medicaciones en forma brusca pues los cuadros que se pueden desencadenar pueden
ser muy severos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario