viernes, 4 de abril de 2014

Nuestra salud depende de las bacterias que nos habitan



Este bebé recién nacido acaba de tomar contacto por primera vez con las bacterias del mundo, su madre se las provee y van a estar con el toda su vida





















El diccionario define a las bacterias (y los virus) como agentes que enferman, que son los responsables de muchas enfermedades. El avance científico nos brinda hoy herramientas que nos permite ver un panorama diferente y empezar a cambiar este concepto. La vida de los seres vivos es imposible sin bacterias, virus y hongos formando parte de ellos. Nacemos sin bacterias las adquirimos progresivamente, en el momento del parto la madre “contamina” al bebé con maravillosas bacterias que vinieron “madurando” en su canal vaginal desde el mismo momento en que su cuerpo tuvo noticias que estaba embarazada, las bacterias vaginales se preparan para "inocular" en el momento del parto y dotar al recién nacido de bacterias y virus que son esenciales para su salud inmediata y posterior. Los niños nacidos por cesárea que no pasan por la vagina tienen una población muy diferente. Todavía se está tratando de determinar el significado de esta diferencia. Lo que sí se sabe es que los nacidos por parto bajo están mejor preparados, se defienden mejor de las infecciones que pueden aparecer durante su estadía en el hospital.
Aproximadamente a los dos años y medio se alcanza la "madurez" bacteriana, con un patrón que va a persistir el resto de la vida de ese niño. Por ello hoy se está especulando con hacer "bancos de bacterias" almacenando las que tenemos en el momento en que estamos sanos y eventualmente usarlas para reimplantárnoslas si algún día tomamos antibióticos o desarrollamos alguna enfermedad inflamatoria de tipo artritis reumatoidea, diabetes tipo 2, obesidad, Enf de Crohn, colitis ulcerosa, celiaquía, etc. Pero esto todavía es una hipótesis. La realidad actual son los trasplantes de microbiota (bacterias intestinales). 

Hoy mediante sofisticadas técnicas es posible hacer mapas de bacterias de nuestros intestinos. Y hay patrones identificables para los considerados "normales" y los que no lo son. Es posible determinar qué familias o tipos de bacterias faltan o sobran en el intestino y así podemos comenzar a hacer diagnósticos de enfermedades. Por ejemplo el artículo de reciente publicación donde se estudiaron más de 200 pacientes diagnosticados con Enfermedad de Crohn donde se vio con claridad que se podía hacer diagnóstico con una pequeña muestra del epitelio del recto y midiendo los niveles de oxígeno en materia fecal. De esta forma es posible evitar realizar las invasivas colonoscopías que "barren" con las pocas bacterias "buenas" que pueda tener el paciente además de todos los riesgos que tiene un procedimiento invasivo y con riesgo de perforación de intestino, infecciones agregadas, estrés del paciente, anestesia, etc.

En el mismo sentido se refuerza cada día más la evidencia que los trasplantes de bacterias desde un donante sano a un receptor inflamado permite revertir el desequilibrio de su población bacteriana y como consecuencia modificar la sintomatología y mejorar el estado general del paciente provocar ninguna situación de riesgo.
Enlace con el artículo de la revista Cell sobre Enfermedad de Crohn

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