Hace algunos meses un joven Español de 33 años nos contacta a través de
Skype que por razones obvias mantenemos su identidad reservada. Lo que podemos ver
en la entrevista por la pantalla es un joven delgado, muy demacrado, en un
dormitorio, que tiene que hacer más de una interrupción en la conversación para
dirigirse al baño. Nos describe que desde hace varias semanas ve como se
deteriora su condición física y su calidad de vida. Que no puede abandonar su
casa pues necesita estar cerca de un baño al que debe recurrir más de 15 veces
al día. Presenta diarrea con sangre y dolores abdominales constantes. Refiere
que es ingeniero y que no puede retornar a su trabajo de consultor pues se
siente sumamente debilitado y deprimido, que ha perdido mucho peso en el último
tiempo.
Su inquietud es si el tratamiento con implante de bacterias provenientes
de un dador sano se puede realizar estando en esa condición o si se requiere
estar más estabilizado. Nuestra experiencia es muy buena tratando pacientes en estado de
"brote" en casos de Colitis ulcerosa y Enfermedad de Crohn. El
problema era como hacía este paciente en este estado para viajar desde su
ciudad hasta Madrid y de allí tomar otro avión hasta Buenos Aires donde le
realizaríamos el tratamiento.
Le recomendamos una estrategia alimentaria, de hidratación y
medicamentosa como para compensarlo y permitirle sus largas horas de vuelo.
Estuvo realizando este tratamiento por alrededor de 10 días hasta que dejó de hacer el trayecto
entre la cama y el baño y pudo espaciar sus visitas al mismo. Viajó acompañado
de su hermano.
Una vez llegado a Buenos Aires continuó con la medicación y comenzamos
con los implantes en forma diaria. A los pocos días comienza a notar que sus visitas
al baño van disminuyendo y que casi no ve sangre en la materia fecal. Alrededor
de los 15 indicamos la suspensión progresiva de la medicación a partir que sus
deposiciones se reducen a una por día.
El tratamiento continua diariamente por un mes. Al final de ese mes
observamos que la condición física del paciente es marcadamente muy superior al
estado en el que se encontraba a su arribo. A esa altura ya no tomaba medicación,
se sentía muy aliviado y con buena energía como para realizar mini turismo
local.
Decidimos en conjunto que permanezca un mes más realizando implantes más
espaciados, comenzamos con tres por semana por dos semanas y disminuimos a dos
por semana hasta completar el segundo mes.
EL estado general y los resultados de laboratorio indicaron que la
inflamación intestinal estaba controlada. Solamente una deposición diaria sin
otros síntomas se encontraba de excelente ánimo y con energía suficiente como
para retomar su trabajo.
Lo que hicimos mientras estaba en Buenos Aires fue estudiar a posibles
donantes que vivían cerca de su domicilio en España. Dimos con un familiar apto
que estaba dispuesto a suministrarle su materia fecal para que él la pudiese
procesar de acuerdo a las instrucciones que le suministramos en nuestra
clínica. Asimismo se llevó consigo todo el equipamiento necesario como para
efectuarse los implantes de su sitio de residencia.
El plan es que continúe con dos implantes mensuales por el lapso de un año y recién entonces evaluar si
se interrumpen o continúan mas espaciados.
Este paciente comenzó a tener una dieta libre, siempre cuidando la
calidad de los alimentos, a partir del segundo mes de tratamiento. En el pasado
prácticamente no podía ingerir alimentos
complejos.
Seguimos estrechamente su evolución y lo asesoramos continuamente como
para evitar cualquier tipo de recaída.
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